Sufrir un ictus siempre es un suceso difícil y trágico para los pacientes y sus familiares debido a las secuelas duraderas que deja.
Pero, aunque ser víctima de un accidente cerebrovascular como un ictus puede resultar en daños permanentes, no tiene por qué significar el fin de una vida de calidad.
Frente a esto, una gran forma de ayudar a su ser querido en su recuperación tras sufrir un ictus es llevarlo a una residencia de mayores que cuenta con el personal cualificado para el cuidado de personas mayores que han sufrido este tipo de accidentes.
Estas son las formas en que nuestra residencia de mayores en Madrid puede ayudar en la recuperación de su ser querido.
Ayuda con las tareas y necesidades diarias
Los accidentes cerebrovasculares interrumpen casi por completo las rutinas normales del paciente.
Y, de acuerdo con la gravedad, pueden pasar meses e incluso años para que pueda volver a los niveles normales de actividad. En ocasiones, sobre todo en los pacientes de edad avanzada, el deterioro puede empeorar con el tiempo.
Por ello, una de las ventajas de las residencias de mayores es que los residentes no tienen que preocuparse de cocinar, limpiar, lavar los platos o la ropa. Lo que les permite concentrarse en su recuperación.
Atención a los factores de riesgo
Las personas que sufren un ictus tienen más probabilidades de sufrir otro en el futuro.
Nuestra residencia cuenta con profesionales cualificados que pueden buscar factores de riesgo de accidentes cerebrovasculares y ayudar a las personas mayores a llevar a cabo cambios en sus hábitos para reducir ese riesgo.
Por ejemplo, nuestros cuidadores pueden ayudar a las personas mayores a comer de forma más saludable, realizar actividades físicas, sociales y controlar las condiciones de salud existentes para reducir el riesgo y mejorar la recuperación tras sufrir un ictus.
Apoyo emocional
En muchos casos, el principal foco de recuperación tras sufrir un ictus se da en el daño físico, pero un accidente de este tipo también puede causar confusión, miedo y tristeza en las personas mayores.
Es importante que este trauma emocional no sea infravalorado ni se deje de lado, incluso cuando el paciente tiene dificultades para comunicarse efectivamente.
Mostrar empatía, amabilidad e incluso una sonrisa y palabras amistosas puede ser de gran ayuda para las personas mayores que necesitan atención después de sufrir un ictus, y nuestro personal lo entiende muy bien.
Transición a una vida normal
En las semanas posteriores a un ictus, es imposible saber con certeza qué tan bien se recuperará el paciente.
Sin embargo, con terapia y cuidados regulares y un entorno de bajo estrés, la mayoría puede recuperar una gran parte de su vida independiente.
A medida que tu ser querido gana más fuerza y autonomía, nuestra atención se adaptará a sus necesidades y funciones según sea necesario. De esta manera, contará con todo el apoyo que necesita mientras se sigue recuperando.
En definitiva, gracias a los cuidados que puede recibir en nuestra residencia de mayores de la Comunidad de Madrid, es posible que su ser querido se recupere con éxito de las secuelas producidas por un accidente cerebrovascular.
Y, de no ser posible, podemos ayudarle a ganar autonomía y recuperar su autoestima para que tenga la mejor calidad de vida posible.
Si deseas saber más sobre nuestros servicios y todo lo que nuestra Residencia de Mayores Las Fuentes de Pedrezuela tiene para ofrecerte, contacta con nosotros ¡Estaremos felices de ayudarte!